miércoles, 15 de marzo de 2017

Evanescencia




¿Te motiva el dolor?
¿Te motiva el sufrimiento?
¿Te motiva el ponzoñoso sabor de la amargura?
¿Eres huracán o rayo de fuego?
¿Te descubre el sustantivo o el verbo?

Siéntate, sorbe tu Chardonnais y medita lento
ahonda en tus bosques de cielo muerto.
Tu lugar de consultas.
Y quizás entonces escuches un crack...

Aún no sabes qué pantalón llevo
o qué tomé en el desayuno
o qué esencia me eché en el pelo
y se hizo de noche en sólo dos movimientos.

Cuando maduran los ciruelos
pasas a preguntar por el color de mis sueños
pero se cierra la escuela para idiotas
y hay cola para entrar.

No soy una luz temblorosa
ni caballo que puedas domar,
soy la voz del pueblo
la mirada no encontrada en tu reflejo
que no alcanzas a otear.

Vuela o haz tu nido en la copa más alta
que el amor no se duela
y derrocha pasiones, si las oyes
pues un día serás sorda
y al otro muda.

¿Y quién te verá entre tanto universo?
¿Qué Atlas sostendrá tu bloque de hielo?

No soy perfecta, tú menos
pero se duelen los ciegos que ven con el corazón
lo que tú sólo miras con esos ojos de serpiente
injertos en tus ancianas sienes.

¿Te motiva entonces el daño?
¿Te motiva ser la primera?

Desde tu casa quieres ver Sevilla
y no sabes mirar ni al cielo

¿Sabes? Yo también estoy muda,
me han callado tus silencios.

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