martes, 10 de noviembre de 2020

Rosas y espinas

             I


 He entrado al aguacero

A beberte con los ríos de sangre
de estas venas de amor que vierten
cunas de jazmín y mieles
para que sueñes.

Sueña trémulo mis cancioncillas tempranas
pues cantan a la luz que tras de ti dejas.
Al sol miran tus dos ojos negros
como cien lunas enamoradas de tu estela.
Al viento hablan tus gráciles dedos
como cien flores silvestres de risa infantil.
Al mar hablan tus hermosos labios
Y su movimiento palicede al más huraño ser.
Oh yo quisiera como un manantial de amor inagotable
hacer mi nido en tu enraizado corazón
y así contarte
a destiempo,
como en tus silencios
la lira enmudeció.

Desde la villa del ciego
puedo oler tu aroma
yo lo sigo cual niña a la mariposa
y encuentro verbenas
y fiestas en tu nombre:
es el dios de la melodía de la pasión,
gritan unos.
Es el rey de la sonata de las esperanzas,
dictan otros.
Mas yo hallo en ti al ser verdadero de mis amores
cuya melodía no es sino la canción eterna del universo.
Notas de creación divina que ojalá osara
a tocar con mis dedos de enamorada.
Pero sólo soy una esclava de tus huellas
y en tus suspiros mis ganas de ti
se atrincheran, agotadas.
Como niño que no quiere madurar
y salir de su lecho infante.
Ah yo quisiera mecerme
en tus soplos de vida y cielo
pues eres la cancioncilla de los sueños,
el fiero amor de mi mente.
Tú y tus fulgores ígneos.

Y te quiero así, inconmensurablemente
trágicamente, amorosamente
con todos los temores de mi alma en tus manos.
Una palabra tuya, el candor de las estrellas.

Y siempre tuya me siento toda,
en tus amarras, tierna y adormecida 
como cancioncilla de cuna,
mi melodía verdadera,
primavera y hermosura
hasta que amanezca.

           II

Amanecer,
un revoltijo de sensaciones y luces
que con descaro irrumpe dentro.

Toca el pecho, el hambre y la angustia
y me anega como un mar abierto.

He perdido el rumor de las horas
entre los besos que me dejo al verte,
pues en recuerdos mi mente habita
y sabe dios, solo hallo muerte.

Pero entonces, cuando el claro sol dormita
y los cuervos cantan con fervor
Sale mi luz: luna de plata escarlata
y prepara mi seso para una cuna de amor.

Y tan inocente es mi júbilo al pensarlo
que no distingo si fuera malo
llevar pasiones en noche oscura
y amarrarlas como un esclavo.

La liviandad de una pluma en pleno vuelo
sintiendo etéreo el aire cual mariposa
son mis dedos ligeros al tocarte
cuando el canto del mar exclama.

Pues el amor anida pequeño
en esta caja que es mi vida
y me faltan lunas de sangre
para expresar lo que en mi alma habita.

Te quiero, y me desgarra el pecho y la lengua.
Te quiero y me araña la piel tanto anhelo.
Enteramente tuya soy
pues me haces perpetua,
una nube que llueve amor
y se derrama como agua sobre ti
Y en cada gota que cae al suelo grita:
Sólo tuya, sólo tuya.