sábado, 18 de marzo de 2017

Palabra a palabra




En un tranvía mi alma marcha.
Palabra a palabra
como canción de duende
en los prados silvestres
como eco de estigma.


Encuéntrame.
pues ardo en mis cavernas,
dichosa toda ella,
Si tu mano me alcanza.

Estoy atenta,
escucho
la respiración del viento
y sus notas me traen recuerdos
que un día alcanzaré a olvidar.

No hay nadie aquí
Di buenas noches pequeña herida
y cuando despierte vuelve a sangrar
pues quiero ubicar mi vida
en las costras que me dejas
o en los silencios de mis quejas.

Dolor eterno, un sopor siento fuera
vientre, casa, escuela y muerte.

Te agotas con tus sueños arriba
y tu materia gris dormida.
Que dios te ampare joven niña,
apenas te queda nadie.
Respira.

Bostezando la mujer
apagó la televisión y sus fantasmas
antes de dormirse
dejaron de brillar entre sombras.

Que el cielo no te engañe,
eres tiempo que ha de pasar
primero aquí, después allá.
Espacio, olvido y libertad.


miércoles, 15 de marzo de 2017

Evanescencia




¿Te motiva el dolor?
¿Te motiva el sufrimiento?
¿Te motiva el ponzoñoso sabor de la amargura?
¿Eres huracán o rayo de fuego?
¿Te descubre el sustantivo o el verbo?

Siéntate, sorbe tu Chardonnais y medita lento
ahonda en tus bosques de cielo muerto.
Tu lugar de consultas.
Y quizás entonces escuches un crack...

Aún no sabes qué pantalón llevo
o qué tomé en el desayuno
o qué esencia me eché en el pelo
y se hizo de noche en sólo dos movimientos.

Cuando maduran los ciruelos
pasas a preguntar por el color de mis sueños
pero se cierra la escuela para idiotas
y hay cola para entrar.

No soy una luz temblorosa
ni caballo que puedas domar,
soy la voz del pueblo
la mirada no encontrada en tu reflejo
que no alcanzas a otear.

Vuela o haz tu nido en la copa más alta
que el amor no se duela
y derrocha pasiones, si las oyes
pues un día serás sorda
y al otro muda.

¿Y quién te verá entre tanto universo?
¿Qué Atlas sostendrá tu bloque de hielo?

No soy perfecta, tú menos
pero se duelen los ciegos que ven con el corazón
lo que tú sólo miras con esos ojos de serpiente
injertos en tus ancianas sienes.

¿Te motiva entonces el daño?
¿Te motiva ser la primera?

Desde tu casa quieres ver Sevilla
y no sabes mirar ni al cielo

¿Sabes? Yo también estoy muda,
me han callado tus silencios.

miércoles, 8 de marzo de 2017

El triunfo de Melkor



De mis llantos y palabras
de tus huellas mal dejadas
hay un árbol luz de sol
y otro árbol luz de estrellas.

Ilúvatar habría puesto en tus ojos
la última melodía
pero siempre al margen el mal
corrompe a quienes se dejan.
Los Valar nos abandonan y los Mayar sonríen
¿Tanto mal es descrito justo en estas tierras?

De mis llantos nacen criaturas malvadas
y de tus huellas espinas que arrancan la piel.
Una última guerra para esta edad
donde Melkor triunfante se erguirá.

lunes, 6 de marzo de 2017

La primera daga




El pecho que se infarta
condenado a morir
resiste otra flecha.
Tal vez la última.

- Nunca me iré-
estalla en su faringe
con el espacio años luz entre su espalda y el te quiero,
y toda su intención llevada como una cruz.

Los sueños favoritos, pesadillas.
Las dagas amorosas, filosas cuchillas.
Nada que sentir, todo por temer,
por última vez.

Si tuviese corazón ella lo habría devorado,
porque no hay batalla si no hay dos bandos
ni hay amor si no puedes sentirlo
como tantas cosas que no se sienten cuando estás vacío.

Eres injusta, no tienes ojos
y yo te he dado los míos junto a mis armas.
¡Déjame morir, ingrata cazadora!
 Agujero con el que he de convivir,
tu existencia en mi memoria
y atada a existir con tu boca distante
y mis cuencas anegadas, tu alegría.

Fantasmas escucho
y sus carcajadas a buena hora venidas
sentadas a contemplar a mi yo en esta escena ridícula.
El viejo suelo eran arenas, debí saberlo.

Ahí viene la tristeza, bienvenida
allí la locura, buenas tardes
¡oh! y tu indiferencia... buenas noches.

Ella no sabía luchar, obligada por su linaje inexacto
y perdería la lid entre decadencia y desacato
como perdió tantas cosas en el pasado.
Prometida con la vida, anclada al dolor profano
no podría huir con sus flechas
una última vez.

Ahí viene su corona, denle su aplauso
y paseen su rostro por todo el estado
pues véanla bien: dio su corazón
y lo apuñalaron
por primera vez.