sábado, 26 de diciembre de 2015

Luce la oscuridad

Luce la oscuridad
no habrá redención alguna,
apágate.

Sólo el candil alumbra cuando
tiene luz.

La ira del cielo pondrá una nube
y sobre ella te dormirás.

Dejarán las piedras segmentos
de lo que un día fueron.

Y luego...soledad.

Llegarán las lluvias
y quemarán los ojos
y entonces niña, entenderás.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Esa luna punzada y roja

Me soltó de sus manos.
Me olvidó la vida,
y probé lo amargo
de las despedidas.

Me acarició el corazón
y escrutó una herida.
Se acercó a verlo:
Sangraba sin vida.

Obedecí al temor
y alargué los dedos
y de la manzana podrida
los gusanos salieron.

Gozaron los dioses
del castigador verbo.
Me negó su manto.
Se rasgó mi pecho.

¡Alma perdida y cobarde,
Que toda lengua viva
se muera al besarte!

¡Esencia y perfume de moras,
Que todos tus males
te quiebren las hojas!

Amé como brisa al alba,
a su voz tan limpia y clara
que llamaba a mis toscos leños
y construía empalizadas.

Salía el verso loco,
vivía en su mirada.
Calló como un craso tronco,
murió en su vaída cascada.

Vulgaridad, hábil y medrosa
vino a romper el jarrón de rosas
cedió el labio al aire
y se ahogó por pasión de flora.

Lloró la tierra el agua
que la luna vertía roja.
Yo soy esa luna punzada,
rebosante de luces engañosas.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Sabrás señor...

Sabrás señor, yo soy como mi amo:
imprudente y aranoso.
Y de la falacia hago esclavo
a mi corazón medroso.

La herida de sangre clara
la he abierto con mis manos,
he traicionado los sentimientos
y a sus ojos soy un extraño.

Sabrás Señor, yo soy como ese duende
que agrede por el dorso
y se oculta bajo un puente.

Un capricho tendencioso 
ha recogido mi huerta
y por capricho ya no brotan
ni siquiera malas hierbas.

Yo he pretendido entre copa y copa
olvidar por vez primera
y sacar la espesura negra
que invadía toda mi tierra.

Pero soy una rama cortada
que el mar expulsa hacia fuera.
Señor ¡Yo he vendido mi vida
por una flor de primavera!

viernes, 30 de octubre de 2015

Desencadenada

Al fin estoy sin cadenas
lista para caer.
Irrelevante futuro aguarda
a este cuerpo castigado,
que carente de fuerza y ganas
escribe su propio epitafio.

Claridad temprana que clavando
tus espadas de luz mortal
hieres con terca fiereza
a este jarrón de cristal
abriendo puertas de hierro
que nunca debieron despertar.

El reloj de arena ha girado,
los sentimientos se han revelado,
y toda esperanza vuela
para morirse bajo una estrella.

Mi vida es un colapso
fatalidades me están matando
con sabor a sangre y llanto
y me agreden sus espantos.

¡Yo suspiro por silencios
que jamás serán sentidos!
Ay, me destruye todo el tiempo
que paso sola conmigo.

Soy un bosque nevado,
la edad dorada del pasado
se encarna en mi astillada frente
y se refugia el tibio cuarzo
de su quiebra ya inminente.

Truncada, memento y siente
que el clavel ya ha marchitado
de reyertas estrepitosas
y alquitranados rubíes prosaicos.

miércoles, 7 de octubre de 2015

La ciudad de los olvidados

Tras los muros vacíos del ocaso
los he visto llorar.
Ahogados y magullados penando sin hogar,
siendo todos testigos de nuestro espantoso mal.

Miradas fugitivas con hambre de pan
suplicándole al cielo, pidiendo piedad.
He visto papeles sin dueño volar
pisados por gente que no sabe amar,
terribles sollozos sin consolar.

Ciudad mojada, ¿Por qué esa crueldad?
Los astros se esconden bajo tu espuma de gas,
y todos lo verán:

Las pupilas palpitantes perecerán,
las hojas filosas en punta caerán,
testigos, dolientes suspiros delgados
tendiendo la mano serán masacrados.

De la tierra enferma saldrán sufrimientos
y los hombres menguados aullarán sus delirios.
Mas esos ahogados que en pena murieron
serán salpicados de ungüento ligero.

jueves, 13 de agosto de 2015

Perdidos

De nosotros sólo quedará
silencio, silencio.

De nuestras gargantas emanarán
lamentos, lamentos.

Y a los ojos del Señor seremos
corderos, olvido.

Se secarán los mares estancados
extraños, perdidos.

Verano

No es la luz de la mañana
cálida y envolvente
más hermosa que tu voz
en mis sueños presente.

No es el tirano que gobierna
envidiado y venerado
más poderoso que tu amor
cuando me dices te amo.

Más es tu mentira ingrata
dulce melodía
que a mis oídos parece
el sol del día.

Tú, que meloso aroma desprendes
por do quiera que vas,
dame una razón para no quererte
pues no te dejo de amar..

lunes, 10 de agosto de 2015

Les pido...

Allá va la mendiga sin tierra
que renunció a la claridad del día.
Les pido...
duérmanme los labios
arránquenme la piel
sájenme los ojos
machaquen mi corazón.
El cielo está suplicando
mi viaje al fin terminó
y los vientos están soplando
rugiendo de dolor.
Marchiten mis hojas ahora,
el aire comprimido del sol
acallará los dolores,
aquellos que nadie oyó.
Cianuro y sal para mi sangre
pronta a dejar de respirar.
Candiles para las manos rotas
que nunca más se alzarán.
Recojan mis cenizas del suelo
y arrójenlas al mar.
Que los peces pequeños
se lleven de mí el mal.
Ya asciende la luna al cielo
durante otra noche para llorar
y llenarlo todo de agujeros
y vaciarse en su soledad.

jueves, 6 de agosto de 2015

Fragmento de Abzurdah de Cielo Latini

"Siempre me entretuve con actividades que no les gustaban a otros. Supongo que por eso fui y soy solitaria (ahora menos que antes y antes más que ahora). Todo lo que siempre hice dependía exclusivamente de mí: nadaba sola, jugaba sola, bailaba frente al espejo, leía, escuchaba música en mi walkman, etc. Nunca pude compartir una actividad. Nunca necesité compartir una actividad. Supongo que prefiero hacer
las cosas sin ayuda, sola. No me gusta que me molesten, que alboroten mi concentración, que me disturben.
Aprecio más que nada mi vida interior, mi exquisito mundo privado, aquel que aunque quisiera no podría explicar. Es tan fructífero, es de tantos colores y tiene tantísimos matices que no se podría entender la dimensión ni la importancia que yace en ellos. Quisiera explicarlo. Quisiera que mi ocio tuviera sentido para la sociedad: y sin embargo soy condenada. Sé que ahora no entienden, pero ya van a entender. En algún momento mis compañeras del colegio tampoco entendían por qué cuando me decían “estás ojerosa” yo contestaba con una sonrisa cansada pero brillante. Y quizás siguen sin entenderlo; a decir verdad, me cansa tener que explicarle todo a la gente."

miércoles, 8 de julio de 2015

Suicidio desacertado

Caen las horas
sobre mis párpados cerrados.

Los muros se contraen,
los sentidos están nublados.

Soy un universo vacío,
vivo horrores que me atormentan
y las adelfas que antes adornaban
ahora por mi sangre reptan.

La nieve se disuelve en el agua
lentamente, sal y arena.
atravesando cada vena,
cada célula de este cuerpo cálido.
Recordándome porqué ansío
respirar este último hálito.

Escaso es el tiempo y larga la agonía
mientras el vaso de tristeza se vacía y se vacía.

Si fluyo con dolor,
estoy adorando mis lamentos.
Si en mi lecho encuentro espuma,
el plácido final está al acecho.

Camino, derramo lágrimas
en el océano de la victoria
y con estas repugnantes manos
estoy haciendo historia,
más de penas que de glorias.

Visto esta corona de espinas
que aprieta y muestra mi figura
de hermosa doncella desquiciada
condenada por siempre a la amargura.

La lid entre corazón e intelecto
ha destruido todos mis adentros.

Más batallas inacabadas
más víctimas, más muertos.

Cae la noche y caen mis sueños,
vago en el tiempo sin sentir mi cuerpo,
sintiéndome sucia cual ramera,
arrastrándome al infierno.

He roto las esperanzas,
he gritado entre sollozos
mas vuelven a caer las horas
y con ellas el mental alborozo.

Suicidio desacertado, siempre en la tragedia
terrible hostilidad con heridas por cada guerra.

domingo, 7 de junio de 2015

Combatiendo con la muerte

Combatiendo con la muerte
estoy llorando a oscuras,
con la tierna soledad y
un mar lleno de dudas.

Acaricio sueños vanos
con la sangre de los dedos,
y tiemblo entre las sábanas
hiriéndome con sus plumas.

Oh cielo gris, acógeme. Soy tuya.
Mi árida faz sin solvento
reniega de su hermosura.

Oh cruel mundo, soy una flor mustia.
Dime ¿Si le susurrase a tu mar profundo
me ahogaría entre su espuma?

Gritando entre dolores
estoy cortándome las alas,
entre sombras y prejuicios
desmembrándome en tus garras.

Oh vida, tú que atormentas
a los que sienten exacerbados.
Llévame con los desolados
pues me ahogo en tu laguna.

Qué terrible duda acosa,
cuán mortales son las noches
de gemidos y reproches.

Y en la agonía plañidera
¡Qué fatal destino aguarda
a estas carnes frías y blandas!


domingo, 24 de mayo de 2015

Vertió su vida sobre el filo de un folio

Ella se pasaba los días escribiendo mientras su alma iba apagándose. Hasta que una fría noche de invierno escribió sus últimas palabras. Con la mirada perdida y un rojo escarlata rodeándole el cuello, vertió su vida y sus versos sobre el filo de un folio.

sábado, 23 de mayo de 2015

Yo soñé alguna vez...

 Yo soñé alguna vez
con estos muros gruesos
y sentí que en la caliza
se convertían mis huesos.

Yo tuve alguna vez
un poderoso cetro,
que hacía mecer las almas
con el poder de mis besos.

Mas siempre añoré el calor
de un cuerpo perfecto,
la caricia de una amapola
coronada bajo el viento.

Yo tuve a quien amar,
tal vez sólo en sueños
y despertaba en mi soledad
con la esperanza en el suelo.

Yo fui alguna vez un
pequeño cisne blanco
que asomaba el corazón
desde lo alto de un palco.

Mas ahora soy un cuervo
con las vísceras ardiendo
y mi destino está marcado
por el doliente sufrimiento.

lunes, 18 de mayo de 2015

El nuevo mundo de M.

Durante una de las muchas noches que M. pasaba en vela, le sobrevino una claridad a la mente, por fin había descubierto la verdad, su verdad. Rápida aunque torpemente agarró uno de sus manoseados lápices y buscó impaciente su libreta. La abrió y en una página aleatoria comenzó a escribir. Durante el largo tiempo que le llevó someter sus pensamientos al raído lápiz sintió calor, frío, alegría, tristeza... Era un huracán de sentimientos lo que su corazón y su mente estaban manifestando. Canalizó toda aquella energía azarosa y vertió aquellas palabras en el papel.
En él se leía:
"He encontrado una nueva forma de sangrar sin que nadie pueda advertirla, he localizado la dirección adecuada hacia donde debe dirigirse el viento. Estoy entendiendo que el sabor dulce de la mentira cura la espinosa raíz de la verdad, nada es lo que parece y todo parece tan real. Debo mantenerme firme y buscar cobijo en un lugar que no existe, alguien me guiará a través de todo el trayecto para alcanzar la meta deseada, la felicidad, aquella que está infectada de bacterias y lágrimas. Los caminos se confunden y yo los aúno para que los daños colaterales queden ocultos y pasen desapercibidos. Seré más inteligente que los demás y sobrepondré mi estrategia ante aquellos que desafíen mi vida. Memorizaré cada palabra en mi mente, analizaré las palabras oportunas y expondré un discurso mesurado y calculado, nada deberá salirse de lo correcto, todo deberá de quedar en su sitio y habré de obtener el resultado esperado o de lo contrario habré de cambiar la técnica y agudizar mi astucia.
He aprendido la forma de hacer real el falso sueño que me adormece. He descubierto nuevas maneras de entregar mi amor al acero sin perder la costumbre de la delicadeza con la que lo trabajo. Ahora entiendo más a las personas de mi entorno y sé cómo debo de actuar ante ellos. Me marco una meta, la alcanzo, marco otra, la supero y así hasta llegar al cielo, tocar a los ángeles y hacer feliz a quienes me valoran y volver a mi hogar para seguir moldeando el camino acertado que no es otro que el que habita en la memoria.
Pero ahora que ya lo sé todo, ahora que nadie podrá pararme, aprovecharé cada segundo para lograr lo que me proponga sin dejar de ser una mujer de los pies a la cabeza. Me verán bién, me querrán, sus rostros lucirán alegres ante mí y mientras, yo trabajaré duro hasta ir más allá de los límites de mi cuerpo y de mi alma, hasta alcanzar lo que la cordura no entiende, con un puñal de acero entre los dedos y una pluma con tinta de sangre entre los labios."

Súbitamente M. soltó todo lo que tenía en las manos y cayó en un profundo sueño. Vacía, nueva.

sábado, 16 de mayo de 2015

Hombre

Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.

Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.

Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.

Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!


 Hombre. " Poema de Blas de Otero."

miércoles, 6 de mayo de 2015

Dulce tránsito

Dulce sabor en ti hallo
hermana de amargo tallo
caprichosa a cada noche,
doliente proximidad.

Mi dulce hogar solitario
donde reposa en la ruina
mi cruel mundo imaginario
con vistas a la maldad.

Oh tempestad cegadora,
acércate a mí sin demora,
arrastra mi vida contigo
hasta el fuego más fatal.

miércoles, 29 de abril de 2015

Qué nos queda...

Qué nos queda si no miedos,
árboles a los que matar,
mares que agotados se ahogan,
tierra acre con sabor a sal.

Qué nos queda si no rabia,
pájaros que desterrar,
desilusiones, ideas utópicas
por un camino de cristal.

Qué nos queda si no fríos
papeles testigos de nuestro mal,
hombres de acero astillados,
sin goces ni libertad.

viernes, 24 de abril de 2015

No me dejes sola

En el amanecer roto,
transpira mi espíritu.
¡Ojalá un cuervo quemara
mis restos al vacío!

Por doquiera que vaya,
hirientes sombras veo.
qué vivos los muertos,
qué muertos los vivos.
mas qué pesar el mío
que fría quedo.

Muerta la flor de la vida,
ya nada merezco.
Si mis súplicas oyeras,
si escucharas mi voz,
cuanto te quise, y quiero
y dejaras a Dios...

Allá en el cielo viva,
está mi consuelo,
mi dulce madrecita,
a quien yo más quiero.
Ay contigo quisiera irme,
pues sola me quedo.

Dulce madrecita,
niña de mi amor,
no me dejes nunca
lejos de tu voz.

domingo, 19 de abril de 2015

Tus manos ya no mecen mi cuna

Tus manos ya no mecen  mi cuna
mis dedos no respiran tu hálito.
La sombra se irguió en la luz.

Los colores cálidos de antaño
pintan negros mi paisaje blanco
y el cuadro se vierte en un arcaduz.

Tus ojos ya no cierran los míos
y mi batalla acabó con heridas
que arrastran furtivas la salud.

Cómo acariciar el frío viento
si las manos ya están congeladas,
deseando encontrar el sur.

¡Aléjate de mí, vil pesadilla!
Mis brazos abandonan tu ruina,
y mis alas tu decrepitud.

Aléjate allá, donde el mar juzga
y la juventud no es senil
ni supura vidas, como tú.

lunes, 13 de abril de 2015

Entonces y además.


Cuando el llanto, partido en dos mitades,
cuelga, sombríamente, de las manos,
y el viento, vengador, viene y va, estira
el corazón, ensancha el desamparo.

Cuando el llanto, tendido como un llanto
silencioso, se arrastra por las calles
solitarias, se enreda entre los pies,
y luego suavemente se deshace.

Cuando morir es ir donde no hay nadie,
nadie, nadie; caer, no llegar nunca,
nunca, nunca; morirse y no poder
hablar, gritar, hacer la gran pregunta.

Cuando besar una mujer desnuda
sabe a ceniza, a bajamar, a broza,
y el abrazo final es esa franja
sucia que deja, en bajamar, la ola.

Entonces, y también cuando se toca
las dos manos el vacío, el hueco,
y no hay donde apoyarse, no hay columnas
que no sean de sombra y de silencio.

Entonces, y además cuando da miedo
ser hombre, y estar solo es estar solo,
nada más que estar solo, sorprenderse
de ser hombre, ajenarse: ahogarse sólo.

De Ángel González

miércoles, 8 de abril de 2015

Mi armadura acorazada

Pinto rojas las dovelas
que sostienen mi portal,
y las luces que se filtran
entran para matar.

Mi espada es el parteluz,
mi alma escudo de roble,
que alegrías venideras
combatirán con goce.

Ya no ríen mis mejillas
en mi cueva me resguardo
y las flores que adoraba
con rigor ahora espanto.

Mi malla protege el alma,
fiera enjaulada hambrienta
de infamia y calamidad
y nunca contenta.

Los ríos que me rodean
en fuego están tornando
ya no blando la dura espada
mis carnes están cambiando.

Mis caballos tiran de mí
y las heridas están abriendo
canales fuera de sí
y las carnes están cediendo.

En mi cueva de arena y cal
están llorando los jilgueros
a falta de sol y pan
aguzando los tormentos.

Bebí de esa fuente maldita,
y construí una armadura
para matar al corazón
dándole sepultura
a mi pobre desazón.

miércoles, 1 de abril de 2015

Y ser anegada por siempre jamás.

Quisiera perderme en el triste horizonte,
echar la vista al suelo y no parpadear.
Sentir el otoño calar en mis huesos
y hundirme en el sueño profundo del mar.

Quisiera sacarle la espina salada
a la triste melancolía de mi ciudad.
Ver las gentes limpias, abrazos y besos,
que el hombre más bello me sepa amar.

Quisiera mecerme en la anchura de un río,
y ser anegada, por siempre jamás.
Coger la flor, mariposa o cielo
y clavarme su dulce, su dulce maldad.

Oh mis amores todos,¿quién os manda callar?
amor maltratado, amor que rehúyes,
si no te sacia mis ojos, te sacie mi mal,
te oculte en su noche mi alma mortal.

Ven, madre mía, acuéstame en tu nube,
que quisiera ser libre a la orilla del mar.
Decir adios con los ojos. La lengua, muerta.
Lanzarme a tus brazos y no despertar.

Soltar la amargura punzante del alma
cubrirme el cabello con lodo y sal,
saltar a la espuma como una gaviota
dejando retales de mi soledad.

lunes, 30 de marzo de 2015

Devorada por la soledad


Anoche las horas no pasaban,
anoche las lagrimas me sepultaban,
anoche la oscuridad fue eterna
y me resguardé en mi propia pena.

Sentí la luna más cerca que nunca,
el acecho de la muerte en mi nuca,
el pasado en mis manos retorciéndose
y me cubrió la locura con su guante negro.

Desperté con las cuencas huecas,
sentí a los gusanos en mis muñecas,
y cómo devoran las hienas su presa
así mi piel era devorada por la soledad.

La vejez tornaba presta

Estaban las flores apresuradas
en mi alma como una cascada
tocaban campanas las estrellas
y yo danzaba con ellas.

Llegaba el frío a mis ojos
y la vejez tornaba presta
¡dios mío que en el suelo rojo
estaba mi alma muerta!

Las flores se espinaron
como unas acacias secas.
Y las estrellas se quedaron
tan vacías como mis cuencas.

Era la hora y estaba desnuda
¡como mi alma en su sepultura!
Ay ya se me cayó el velo
y los ojos en un profundo sueño.

Lo olvidó para siempre.

- Te quiero. Dijo ella. ¿Qué? Contestó el. Nada, olvídalo. Respondió ella.
Y él lo olvidó para siempre.

sábado, 28 de marzo de 2015

Las olas te recogerán.

El dolor se instala fuerte
las carnes blancas y frías
comienzan a ceder a la mente
El hierro duro y pesado penetra
penetra la desazón eterna.

El frío cala los huesos
se oye la sangre suspirar
rumores huecos como el alma
que aún con lengua no sabe hablar.

El dolor se hace innato
dentro, las ideas vienen y van
dejando llagas infectas,
llagas que no sanarán.

El frío acaricia los ojos,
sabe de este triste final
la oscura noche está llegando
y se oyen las aguas bramar.

Duerme ahora azuzada que
las ropas cayéndose están,
la sangre escapando toda,
el cielo ofreciéndote pan.

Toma el cáliz de la muerte,
los miembros ceden ante el mal,
el hierro ya ha penetrado,
las olas te recogerán.

lunes, 23 de marzo de 2015

Ay la muerte, tan amiga...

Échame sal, compañera
sustituta de todo, carnicera,
échame sal, compañera,
ay soledad, yo soy tuya.

Quiéreme así, primavera,
con las hojas siempre negras
y las flores siempre mustias,
ay tristeza, yo soy tuya.

Qué tormentoso frío me hiela,
sangre gris, polvo y arena
dentro de mi carne muerta,
porque oh, soy tan tuya ...

Déjame morir en el río,
o que arda el corazón mío,
que ya no me queda vida
compañera, llévame lejos.

¡Dolor, penumbra y demonios! ¡Ea!
¡Aquí os quiero, dejad que muera!
Amargo sabor es la vida.
Ay la muerte, tan amiga.

jueves, 12 de marzo de 2015

Qué nos queda...

Qué nos queda sino mundo,
árboles a los que matar,
mares que agotados se ahogan,
tierra acre con sabor a sal.

Qué nos queda si no rabia,
pájaros que desterrar,
desilusiones, ideas utópicas,
por un camino de cristal.

Qué nos queda si no fríos
papeles testigos de nuestro mal,
hombres de acero astillados,
sin goces ni libertad.

La fatalidad

Mira mis venas desintegrarse,
mi piel desollarse
frente a olas de metal y muerte;
el viento me arrastra hacia un árbol sangrante,
heridas saladas y asfixiantes.

Delira mi mundo,
se desquicia mi rumbo,
muero, oh vida cruel,
oh quebrado corazón infiel
silénciate con dolores,
haz que lloren las flores.

Y sin embargo...

Te miran los astros y se esconden,
te miran las aguas y se retiran,
te mira esa mujer y mi cuerpo
no reacciona sino muere.

Te miro yo con los ojos en el cielo,
en las aguas, en la tierra, te miro y...
solo puedo amar.
y sin embargo, sólo ves los ojos
de aquella que te rodea el brazo...

domingo, 8 de marzo de 2015

Tengo un querer y una pena: la pena quiere que viva; el querer quiere que muera.

Ay del niño sin su madre

Ay niño, qué será de ti
de tu nube de algodón,
de la hoja sombría,
de tu tibio corazón, 
de la tristeza nevada,
de esta cárcel sin prisión
de mi muerte temprana,
ay niño, me faltan palabras,
y me sobra penumbra
y me riegan las sombras,
ay niño, mi alma rezuma
soledad entumecida
y una muerte dolorosa.
Ay! qué sera de mi niño blanco
sin la voz de su madre temblorosa...

A veces...


A veces siento que se me secan las ramas
y se me caen las hojas
y me quedo desnuda frente a ti,
oh viento que con fuerza me entumeces...
y me volteas, me acaricias,
acaricias el follaje de mis pies,
acaricias suave mis formas.
Y me siento como el fresno,
como una risa colectiva y burlona,
como las alas perdidas de un ángel.
Así es mi otoño, lejano y distante,
con el marrón en mis ramas
y el verde en mi pecho errante.

Cuántos siglos de tristeza

Cuántas tierras sin labrar,
lágrimas incendiarias de
los hombres, corazones
negros de ira y frialdad,
que buscan consolidar
sus temores.

Cuántos siglos de sangre espesa,
derramada sobre mares ausentes,
hombres de locura hechos
y viajes de caminos inertes.

Cuánto dolor en vuestras cabezas,
cuánta niebla en vuestros ojos,
como un bosque deshojado y pobre
sumido al mando de los
salvajes orcos.

La locura

Contemplamos a un hombre sentado en un despacho desordenado, a la derecha una lámpara de escritorio con luz tenue ilumina la mano de este hombre en la edad madura. Está escribiendo sobre un cuaderno sucio de tapa negra con una pluma de tinta azul. Se puede discernir lo que está escribiendo:
"Para algunos de estos vencidos, Dios es como un volcán que dispara lava a los ojos de la gente, un disparo contundente en el corazón que hace de la vida un naufragio permanente. Dios no existe, dicen. Dios es un proxeneta que domina nuestras vidas a su antojo, una balada triste que no conoce perdón ni misericordia, dios no existe para aquellos que no creen ni en su propia existencia."

Más tarde sale de su despacho, apaga la luz y se dirige a una de las salas contiguas, dentro podemos comprobar que es una sala de experimentación, el científico entra y cierra la puerta introduciendo el codigo de seguridad, se coloca una bata de color blanco y examina exangüe a la última víctima del día: un hombre adulto de mediana estatura, está recostado sobre una camilla de hierro con una serie de artilugios a la derecha de ésta. Este científico del que conocemos su nombre gracias a su tarjeta de identificación: Israel; poniéndose unos guantes de látex amarillentos pasa su dedo índice por la zona craneal de la víctima. Una recortada y tersa barba se erguía sobre su mentón. Pasa su dedo ahora por la clavícula deslizándolo hacia abajo, recorre suavemente el vientre y se detiene bruscamente en la zona genital descubierta. Para este científico un tanto encolerizado por el horario del día esta víctima es un perfecto rendido, es algo con lo que puede descargar sus energías irritadas. Se dispone a tomar en su mano una ballesta utilizada como evidencia para examinar el efecto de la descomposición de la madera en condiciones extremas. Exhibe una mueca de demencia e introduce el arma en el ombligo del cuerpo sin vida. Insiste hasta que de una grieta en la epidermis brota un chorro de sangre continuo. Dios no existe. No puede dominar la situación, la ciencia se encarga de ser el artífice para la humanidad como lo es dios para los creyentes.
Recuerda en su mente el sonido de la explosión de una granada desmembrando cuerpos, el temor de unos rehenes durante un atraco de arma blanca y se regodea. Es un desertor más y disfruta con su traición, disfruta de tal manera que irrumpe en gritos ensordecedores y cogiendo un destornillador de punta plana le asesta varias puñaladas por todo el cuerpo, la acogedora carne cediendo al metal le produce un placer indescriptible. Su ira, su rabia, su furia contenida descargándose sobre ese individuo muerto. Subyugado por el descontrol latente del momento asía unas tijeras de disección y las introduce en el recto de la víctima, le abre la apertura bucal para recrear una mueca de dolor, imagina unos gritos ahogados bajo el punzante escozor. Con rudeza corta el recto, corta la piel, la carne flácida y blanda. La sangre le salpica su blanca y larga bata, se acaricia los labios. Es consciente de su crimen, de su delito, pero es su perdición y goza. Alarmados por los gritos y los ruidos elevados, dos compañeros abren la puerta introduciendo un código y tras contemplar la ruda escena, sonríen con alevosía.

Carta de un alma

Creo que ya es hora de dejarte,  me he cansado de ti,  siempre has estado pidiéndome consejos, yo te los he dado y tú ni siquiera te has molestado en aplicarlos. Has acudido a mí, buscándome cada vez que te ha faltado algo, cada vez que te has sentido sola. Y cuando yo te he necesitado a ti, ¿Dónde has estado? Zafándote de mí, escondiéndote en ti misma, huyendo de la realidad. Me duele mucho tener que abandonarte pero hace tiempo que tú lo hiciste conmigo, a tu fiel amiga, yo que nunca te he dado de lado, yo que siempre he estado en tus momentos más difíciles, y ahora que te digo adiós ni tan siquiera me dejas despedirme, pues no quieres darme la cara. Ahora serás débil y frágil sin mí, me añorarás, rogarás mi presencia y para entonces yo ya me habré ido. Tú estarás vagando por el camino equivocado y no habrá nadie que lo impida. ¡Cuántos momentos hemos compartido!, esas noches en las que nos hemos quedado tú y yo solas, contemplando las estrellas, encontrando soluciones a los problemas, sacando lo mejor de cada una de nosotras, para aclarar los pensamientos más oscuros y, en los más duros momentos, hemos permanecido juntas y hemos estado sobreviviendo a las duras batallas. Recuerdo ese día en el que todos te dieron la espalda; te apartaron y evitaron cualquier contacto contigo, ya fuese físico o emocional. ¿Te acuerdas de la sonrisa que te hice sacar? No me diste las gracias, aunque no te las pedí, pero conseguí que fueses feliz al menos por un momento. Hubo muchos días en los que estuviste llorando pero ahí estaba yo para secar tus lágrimas, tú te desentendiste de mí al día siguiente, yo me conformaba con saber que te hice un bien, sin embargo me hiciste sentir como si mi existencia fuera en vano. ¿Alguna vez me has querido? ¿Acaso he significado algo para ti? Nunca me has respondido a ninguna de mis preguntas. ¿Por que siempre me ignoras? Yo jamás te haría algo así.
Se acabó, estoy derrotada, tú ganas, me voy, alguien me recogerá en el camino, o quizás nadie me quiera y a nadie le importe, tal como tú me has dado a entender. Puede que te haga sonreir el saber que te dejaré en paz por siempre, ya nunca más volverás a escucharme corregirte cuando escojas un sendero equivocado o darte apoyo cuando tengas un mal día, pues por lo que veo, ya no lo necesitas. Espero que no te pierdas en el camino y que te vaya todo bien y sobre todo que nadie te haga daño como tú me lo has hecho a mí. 
Hasta siempre: Att. Tu alma.