miércoles, 8 de julio de 2015

Suicidio desacertado

Caen las horas
sobre mis párpados cerrados.

Los muros se contraen,
los sentidos están nublados.

Soy un universo vacío,
vivo horrores que me atormentan
y las adelfas que antes adornaban
ahora por mi sangre reptan.

La nieve se disuelve en el agua
lentamente, sal y arena.
atravesando cada vena,
cada célula de este cuerpo cálido.
Recordándome porqué ansío
respirar este último hálito.

Escaso es el tiempo y larga la agonía
mientras el vaso de tristeza se vacía y se vacía.

Si fluyo con dolor,
estoy adorando mis lamentos.
Si en mi lecho encuentro espuma,
el plácido final está al acecho.

Camino, derramo lágrimas
en el océano de la victoria
y con estas repugnantes manos
estoy haciendo historia,
más de penas que de glorias.

Visto esta corona de espinas
que aprieta y muestra mi figura
de hermosa doncella desquiciada
condenada por siempre a la amargura.

La lid entre corazón e intelecto
ha destruido todos mis adentros.

Más batallas inacabadas
más víctimas, más muertos.

Cae la noche y caen mis sueños,
vago en el tiempo sin sentir mi cuerpo,
sintiéndome sucia cual ramera,
arrastrándome al infierno.

He roto las esperanzas,
he gritado entre sollozos
mas vuelven a caer las horas
y con ellas el mental alborozo.

Suicidio desacertado, siempre en la tragedia
terrible hostilidad con heridas por cada guerra.

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