Caen las horas
sobre mis párpados cerrados.
Los muros se contraen,
los sentidos están nublados.
Soy un universo vacío,
vivo horrores que me atormentan
y las adelfas que antes adornaban
ahora por mi sangre reptan.
La nieve se disuelve en el agua
lentamente, sal y arena.
atravesando cada vena,
cada célula de este cuerpo cálido.
Recordándome porqué ansío
respirar este último hálito.
Escaso es el tiempo y larga la agonía
mientras el vaso de tristeza se vacía y se vacía.
Si fluyo con dolor,
estoy adorando mis lamentos.
Si en mi lecho encuentro espuma,
el plácido final está al acecho.
Camino, derramo lágrimas
en el océano de la victoria
y con estas repugnantes manos
estoy haciendo historia,
más de penas que de glorias.
Visto esta corona de espinas
que aprieta y muestra mi figura
de hermosa doncella desquiciada
condenada por siempre a la amargura.
La lid entre corazón e intelecto
ha destruido todos mis adentros.
Más batallas inacabadas
más víctimas, más muertos.
Cae la noche y caen mis sueños,
vago en el tiempo sin sentir mi cuerpo,
sintiéndome sucia cual ramera,
arrastrándome al infierno.
He roto las esperanzas,
he gritado entre sollozos
mas vuelven a caer las horas
y con ellas el mental alborozo.
Suicidio desacertado, siempre en la tragedia
terrible hostilidad con heridas por cada guerra.
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