miércoles, 30 de noviembre de 2022

Y después, locura.



Hemos venido a beber de esta copa

y a derramarla sobre la tierra mustia,

mientras el hedor de las raíces brota

en este cementerio de rencores y angustias.

Hemos luchado hermanos y padres,

abuelos, amigos y enemigos

para ver cómo sangra el pecho

del mundo al que vinimos.

Comemos cada día de este pan

mientras la falta de trigo nos debilita

y las piedras que hoy erigimos

tendrán mañana la fecha de nuestra partida.

Abriremos violentas grietas en el ser humano

y violaremos nuestras mentes con ira.


El labio seco, el arma al costado

y una canción que al odio empuja.


Después caeremos,

sin manos y sin pies

en la locura.


Ningún copo de nieve será entonces blanco

la sangre cubrirá su hermosa forma.

Ninguna escuela hará eco de infantes risas

pues mutilados por el miedo al sino

las lenguas llorarán por padres que expiran.

Las balas tocarán requiems sobre el piano

y los músicos serán su propio olvido.

Pues en la guerra sólo es vencedor

el que vivir nunca ha querido.