jueves, 2 de febrero de 2023

Deshumanizados

 



En la muerte todos pierden
lo que quieres, lo que tienes
que en la vida no merece
tanto el rico como el pobre.
No es un no, es el sino
el que prima y el que muerde
que la angustia no domine
y que hasta el día haya suerte.


El que aquí no quiera estar
la horca tiene como aliado
pero ha de ser cobarde
pues la vida es un regalo.

Tanta sangre derramada
está creando nuevos mares
y quienes rondan estos lares
hoy ya son los olvidados.

Somos un futuro incierto
paradigmas de conquista
bajo el yugo del esclavo
entre llantos más que risas.

¡Que la guerra no desista!
grita el rey desde su palco
mientras muere tu familia
por las balas que has usado
en nombre de la avaricia,
que justicia hoy la llaman
por un dios que no existe
porque juegan con sus manos
a crear ideas falsas, utopías de la mente
que te creen hacerte fuerte
por el dios que te han nombrado.

Nadie es libre, es la condena
del que quiere ser llamado
a la gala de los grandes
paraíso del engaño.
En la muerte todos pierden
lo que quieres, lo que tienes
que en la vida no merece
tanto el rico como el pobre.
No es un si, sino es el sino
el que plañe y se retuerce
que la angustia no domine
y que hasta el día haya suerte.

Trabajar es para tontos
he oído decir a tantos
con odio pero no atentos
a la tierra que están pisando.
Entretanto va enrendando
el demente en el establo
que ha escuchado a su pastor
que ha de obedecer al amo.
Tanta tinta tonta tienta
a embrujar a más cristianos
islamistas o judíos,
hinduístas o africanos
¿Acaso no te lo preguntas?
¿Nunca te lo has cuestionado?
El ser humano no se ayuda
solamente nos matamos.

No hay amor con tanta pena,
quejidos, reproches y maldad.
Si por cada abrazo una vela
El mundo fuera oscuridad.

Nos han quebrado el instinto
crecimos deshumanizados.

Y entre el calor de tus mantas,
mientras bebes de esa copa
más te llenas de ponzoña
mientras crece tu barriga
te alimentas de carroña,
tan deprisa que el cerebro
se ha infectado de gusanos
y sin tiempo de pensar
ya te tienen dominado.

Ya eres otro más que usar.

Más no hay enojo, sino pesar
de saber que es más sencillo
destruir a dar un beso
calumniar a ser cumplido.

Y al final de todos los senderos
a virtuosos y perversos,
bondadosos y maliciosos
nos hundirá la tierra el cuello.

En el trance todos pierden
lo que quieren, lo que tienen
pese a sujetar con fuerza
las cadenas que les mecen.

Qué más da que seas humano
animal o ser sintiente.
Al final todo es en vano:
somos vida y somos muerte.