en mi alma como una cascada
tocaban campanas las estrellas
y yo danzaba con ellas.
Llegaba el frío a mis ojos
y la vejez tornaba presta
¡dios mío que en el suelo rojo
estaba mi alma muerta!
Las flores se espinaron
como unas acacias secas.
Y las estrellas se quedaron
tan vacías como mis cuencas.
Era la hora y estaba desnuda
¡como mi alma en su sepultura!
Ay ya se me cayó el velo
y los ojos en un profundo sueño.
Genial como siempre.
ResponderEliminargracias apañao ^^
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