domingo, 8 de marzo de 2015

Y nunca volvió a ser el mismo

La necesitaba, hacía tiempo que había dejado de sentirla dentro, la echaba de menos, ella era lo último que esperaba perder. Ya vendió su corazón en otro tiempo a las manos equivocadas y ya olvidó cómo se sentía el amor. Sin embargo, aquella noche Gregor entregó lo único que le quedaba, su alma. Aquel frío cuatro de diciembre decidió vender su alma por un libro. Decían que se apellidaba Samsa y que nunca volvió a ser el mismo.

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